La obesidad es una enfermedad compleja. Se trata de un problema médico, resultado de factores fisiológicos, hereditarios y del entorno, combinados con la alimentación y la actividad física. Para entender sus alcances, en este artículo hablamos más sobre las causas y consecuencias de la obesidad.
Obesidad en la salud
Los problemas de obesidad empiezan cuando el organismo tiene una cantidad excesiva de grasa corporal debido a que no existe un balance entre la ingesta de calorías y la actividad física; pero debido a que no se trata solamente de un problema estético, es importante tener en cuenta cuáles son los efectos de la obesidad en la salud y cuáles son las consecuencias del sobrepeso.
Muchos estudios respaldan la existencia de una relación entre obesidad y enfermedades cardiovasculares tales como cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, accidentes cerebrovasculares, arritmias, etcétera. De hecho, la obesidad es la causa más común de hipertensión.
La obesidad es un problema médico que aumenta el riesgo de enfermedades y problemas de salud como diabetes, presión arterial alta o hipertensión, enfermedades cardiacas y determinados tipos de cáncer.
Cuáles son las consecuencias del sobrepeso
En nuestro organismo, el tejido adiposo actúa como un órgano liberador de hormonas y citocinas, los cuales regulan procesos como el metabolismo.
Con la obesidad se altera la producción de estas adipocinas, lo que ocasiona complicaciones metabólicas y riesgos cardiovasculares de forma indirecta.
De hecho, al hablar sobre cuales son las consecuencias del sobrepeso, la obesidad se trata de uno de los principales factores de riesgo de la diabetes tipo 2 y aumenta en 8 veces el riesgo de desarrollarla, incluso cuando no existe alguna predisposición genética.
Cómo combatir la obesidad
La buena noticia es que incluso una pérdida moderada de peso puede ayudar a prevenir algunos de los efectos que tiene la obesidad en la salud.
Algunas recomendaciones para combatir la obesidad y sus consecuencias son comer de forma saludable, preferir el consumo de verduras, legumbres, frutas y cereales integrales, y reducir tanto azúcares libres como grasas trans.
Otras recomendaciones son limitar el consumo de grasas saturadas y preferir el de grasas no saturadas presentes en aguacates, frutos secos, pescado y aceite de oliva.
Por supuesto, otra recomendación importante es dedicar al menos entre 2 y 4 horas a la semana a una rutina deportina o a alguna práctica física aeróbica de intensidad moderada.
Fuentes